¿Dónde está situada la médula? Como veis, la médula es muy importante, por lo tanto necesita protección. Que mejor protección que uno de los huesos más importantes de nuestro cuerpo, la columna vertebral. Como ya sabéis, la columna es una cadena de vertebras articulada. Lo que hace que no seamos una escoba andante.

Que haya una lesión medular quiere decir que una parte de este cordón nervioso queda inutilizado, se muere. Por lo tanto, la transmisión de impulsos nerviosos se interrumpe. Volvamos al ejemplo de la manguera. Imaginaos que en el tramo entre la segunda y la tercera maceta se produce un corte por el cual se escapa el agua. Lo que ocurrirá es que a la tercera y a la cuarta maceta les llegara menos agua o incluso se quedaran sin agua. Cuando en la lesión medular el impulso nervioso queda interrumpido totalmente, se dice que es una lesión medular completa (la manguera se rompe en dos partes y las macetas no reciben agua). Y si la lesión interrumpe solo parte del impulso nervioso, hablamos de una lesión medular incompleta (solo un corte en la manguera, por lo tanto, llega un poco de agua).

¿Cómo se produce una lesión medular? La causa más común de la lesión medular es un traumatismo por un accidente de tráfico, una caída desde el caballo… La columna recibe un golpe fuerte que hace que una de las vértebras se rompa o se desplace y actué de cuchillo cortando la médula. Otra causa es el infarto medular, que como hemos estudiado hace poco en naturales, un infarto es cuando no llega la sangre, en este caso al tejido medular. Las causas del infarto medular son varias: malformación genética, mala circulación, infección… o causa desconocida.

Bueno, ahora ya se acaba la teoría y nos centramos en mi caso, que, como todos sabéis, es un infarto medular a la altura de la décima dorsal, pero, no solo es un infarto medular, sino que es un caso muy singular, ya que los infartos medulares se provocan solo en adultos, y no solo eso, sino que en mi caso, después de un año de investigaciones, no se sabe la causa del infarto. Casos como el mío, públicamente, y remarco, públicamente, solo hay seis casos. 

Ahora sabéis que es la lesión medular y cuál es mi caso. Pero el centro de esta conferencia es explicaros como vive alguien y como he vivido yo la lesión medular. Es muy diferente alguien que sufre una lesión medular por un traumatismo que por un infarto. Y yo solo os puedo contar al detalle la del infarto. La verdad es que es de repente, no sientes ni mareos ni nada antes, simplemente notas como agujetas que poco a poco van subiendo en intensidad hasta el punto que del dolor que tienes no te puedes ni mover. Al cabo de unas horas, el dolor para, pero con un pequeño problema, que no te puedes mover. En mi caso, todas las abdominales y las piernas se me durmieron. No podía mover las piernas ni incorporarme, a la vez que no sentía nada, había perdido toda la sensibilidad y movilidad de media barriga para abajo. Evidentemente, llamas a una ambulancia y te llevan a un hospital. Ahí es cuando te viene el típico medico recién licenciado de urgencias con el martillito y, cuando le explicas lo que ha pasado y el ve que el reflejo con el martillito no funciona, se le cambia la cara, y va a avisar a su superior. Entonces ya viene el doctor cincuentón experto que te hace una vía y te ingresa, en mi caso, en cuidados intensivos de pediatría. Ahí te conectan a unas máquinas para tenerte muy controlado, vamos… que si te tiras un pedo se entera todo el hospital. Entonces, lo primero que hacen es hacerte una resonancia magnética, que son fotos de todo el cuerpo, es una máquina que es como un túnel y hace muchísimo ruido, dura como unas dos horas. Una vez han visto las fotos, hay un problema, que la lesión medular tarda unos días en poderse ver en una resonancia. Por lo tanto, los pobres doctores no ven nada y, tras muchas horas reunidos, vienen y dicen que tienen una noticia buena y una mala, la buena es que no han visto nada raro en la resonancia y la mala que no saben lo que tienes. Así que cuando un doctor no sabe lo que tienes te manda hacer todas las pruebas que se le pasan por la cabeza en ese momento, repitiendo, evidentemente, la resonancia. Cuando ya tienen los resultados de todas las pruebas, es cuando el doctor entra en la habitación y le dice a tu madre “¿puedo hablar con usted?” y salen los dos. Nada bueno. Entonces, al cabo de un rato, entra tu madre en la habitación y te dice que tienes una lesión medular. Entonces tú dices, perfecto, ¿el dalsy esto lo cura? Entonces ves que tu madre no está nada contenta y se le empiezan a poner los ojos llorosos, es cuando preguntas “¿mama? ¿Qué es una lesión medular?”. Yo creo que ese puede ser el momento más difícil para una madre, cuando te ha de explicar una noticia mala. Te explica que te vas a quedar así para siempre y que no hay medicina que cure esta lesión, pero también te da esperanzas, que la medicina avanza muy rápido, que soy joven, que es incompleta, que podría andar… Entonces, después, sabiendo los doctores lo que tienes, una lesión medular, los pasos son muy sencillos, cuanto antes empezar la rehabilitación, que trata de poder vivir con la lesión. Por lo tanto, sentarse en una silla de ruedas, recuperar los esfínteres, vestirse, ducharse… esto parece muy sencillo, pero toda esta progresión tarda aproximadamente unos cuatro meses. Entonces cuando ya estas rehabilitado, que no es volver a vivir como antes, sino vivir con la lesión, te dan el alta médica. Entonces sigues yendo a rehabilitación, porque una cosa es rehabilitarse para hacer vida en un hospital y otra muy diferente es cuando llegas a casa. Porque, en casa, continuamente hay obstáculos. A mí siempre me gusta repetir una cosa que me dijo un buen amigo en el hospital, me dijo, si me permitís la expresión, “ahora te darás cuenta de lo cabrona que es la gente”, y es del todo cierto, porque sin darse cuenta alguien puede aparcar en un paso de cebra o aparcar encima de la acera, o no dejarte pasar, etc. Y al encontrarte con un obstáculo como éste necesitas mucha fuerza mental y psicológica para no venirte abajo. La de historias que yo he oído de gente que al encontrarse con un simple escalón se han puesto a llorar, porque es muy duro ver que no puedes hacer algo que toda la vida has podido hacer.

Cuando ya estas rehabilitado y ya tienes asumido tu estado, empieza la normalización y la fisioterapia, que es simplemente seguir los ejercicios de la rehabilitación pero con el objetivo de recuperar algo más. Esta fase dura entre 1 año y 1 año y medio, aquí es justo donde yo me encuentro ahora. El hecho de ser tan joven ayuda en este proceso, tanto me ha ayudado a mí que he llegado inexplicablemente a andar con un bastón. Cosa que nadie hubiera ni pensado meses atrás. Os quiero explicar brevemente en qué consiste la rehabilitación. Imaginaos que os cosen un brazo que no es vuestro en vuestro pecho. Muy bien, ahora, intentar moverlo con todas vuestras fuerzas. No se mueve. Pues imaginaos estar así media hora al día. Esto provoca no solo un desgaste físico, sino también psicológico, ya que tú quieres mover algo y no puedes. ¿Y la otra media hora de rehabilitación? Pues la otra media hora se trata de hacer ejercicios muy simples para mantener en forma el resto del cuerpo.